Al cambiar el ángulo de la mirada sobre la astrología, consultar mi carta natal y estudiarla, se activó en mí el Proceso alquímico de la astrología.
Me enseñó a aceptar la evolución y el ciclo de vida y a tener en cuenta la oportunidad de tomar decisiones que me permitieron resolver muchas de las crisis que fui enfrentando.
Además, pude considerar el destino como un desafío o proyecto en el que siempre habrá una posibilidad para ampliar los conocimientos; entenderme más, vivir más armoniosamente las relaciones y a sentirme parte de la humanidad.
La astrología podría ser uno de los senderos de investigación e interpretación de la vida, tanto la cotidiana como la espiritual, por ser una ciencia (aunque no se la considera así) que ofrece la herramienta más importante para el conocimiento del hombre. Permitiéndonos integrar las dos partes de la astrología: la exotérica y la esotérica.
La astrología exotérica se ocupa de las fuerzas que hacen impacto y fluyen a través del signo del sol en el momento del nacimiento. Considera las casas del horóscopo y el modo que el hombre responde a la influencia de las energías de los distintos planetas. Se ocupa de la personalidad, su problemática, su entorno y sus relaciones, interpretándolas bastante acertadamente. Lo que constituye en esta tierra la personalidad, es la suma de todas las características mentales, físicas y espirituales que, impresas en el alma humana, producen el hombre. Quien está condicionado por las muchas circunstancias de la vida que parecen dolorosas e inevitables, no sabiendo de donde viene ni adónde va.
La astrología esotérica, trata de las fuerzas y energías que condicionan, rigen y actúan a través del espacio y todo lo que en él se encuentra. Va de lo general a lo particular, logrando que el hombre se sienta un individuo integrado, que puede sentirse parte del universo.
Da todas las respuestas necesarias, abre la puerta a un conocimiento superior que nos permitirá aceptar que tenemos un alma, pudiendo conectarnos con ella. Esta puede ser considerada como el principio inteligente, cuyas características son la mente y la percepción mental, que se muestra a través de la capacidad de analizar, discernir, separar, distinguir, elegir o rechazar, y todas las implicaciones que estos términos abarcan.
Las distintas energías de los planetas irán disminuyendo para que la personalidad o yo inferior se aquiete, y el alma o yo superior se manifiestan a través de ella, logrando que la paz interior y la conciencia sean comprendidas y experimentadas. Y cuando sea nuestro momento participar a nivel grupal satisfactoriamente.
Esta es la propuesta de Miradas Astrológicas. Unir y no separar; consultar y resolver; entender y aceptar; consultar o estudiar… y descubrir que la felicidad se encuentra en nosotros mismos y en las pequeñas cosas de la vida.
María Marta González Murature