En algún momento durante el estudio de la Astrología, se debería considerar el efecto producido por los planetas transpersonales Urano, Neptuno y Plutón en la humanidad.
Veamos cómo se presenta el cambio…
Con su aparición de Urano, Neptuno y Plutón los astrólogos intuitivos comenzaron a comprender como afectaban a las masas cultural y socialmente, por medio de circunstancias o movimientos. De ahí que los denominaran planetas transpersonales y generacionales, por trascender a la personalidad permitiendo los cambios. Afectaban no sólo alhombre individualmente sino también a la humanidad.
Urano ya se había observado en muchas ocasiones antes de su descubrimiento como planeta, pero se creyó que era una estrella. La referencia más antigua data de 1690 cuando John Flamsteed (astrónomo británico) avistó el planeta al menos seis veces, catalogándolo como “34 Tauri”.
El astrónomo francés Pierre Lemonnier lo hizo al menos en doce ocasiones entre 1750 y 1769, e incluso durante cuatro noches consecutivas. Sir William Herschel el 13 de marzo de 1781 mientras estaba en el jardín de su casa ubicada en el pueblo de Bath (Condado de Somerset, Inglaterra), aunque en un principio (el 26 de abril de 1781) reportó que se trataba de un “cometa”. Herschel —astrónomo y músico germano-británico— se dedicó a contemplar las estrellas fijas, utilizando un telescopio diseñado por él mismo.
Es bien propio de Urano —el planeta asociado con la excentricidad y la sorpresa— que su descubridor no fuera un astrónomo profesional sino un músico, que por afición se dedicaba a observarlas.
Neptuno fue avistado el 23 de septiembre de 1846 por John Couch Adams (matemático y astrónomo inglés), especialmente conocido por haber predicho la existencia y la posición del planeta Neptuno, utilizando únicamente las matemáticas; y por Urbain Le Verrier (matemático francés).
Plutón finalmente el 18 de febrero de 1930, aunque primeramente en 1690 por Clyde Tombaugh (astrónomo estadounidense).
También…
Urano se manifiesta como el hacedor de ideas, ayudándonos a plasmarlas. Es el que permite conectarnos con la información, no es la información misma. Su influencia obliga a cambiar el sistema de creencias, doctrinas y dogmas. Hace posible modificar la forma de pensar, renovar los conceptos y descubrir nuevas posibilidades.
Neptuno representa la conciencia mística o esa sensibilidad innata que conduce infaliblemente a una visión más elevada. Nos conecta con un nuevo sistema de creencias.
Plutón rige la muerte o la cesación de viejas ideas o emociones y su influencia es principalmente cerebral. Sus efectos se sienten primero a nivel mental. Esta es la clave de su tardío descubrimiento debido al factor tiempo, ya que la humanidad no tenía los conocimientos necesarios para comprender su efecto. Simboliza la realidad y el mundo físico, y con su aparición se produjo la Depresión económica y las dos Guerras mundiales. Destruye el mundo actual generando uno nuevo.
Estos planetas propician la conexión con lo oculto, lo esotérico y el conocimiento del alma.
Los tres son subjetivos, pues están relacionados con un estado interno e inconsciente. Provocan inestabilidad, confusión y negatividad ante situaciones que se repiten, permitiéndonos crear expectativas nuevas para salir de estos estados:
Urano, pocos años antes de la Revolución Francesa, influyó para que las personas se conectaran con la idea de libertad, y no continuaran siendo sometidas. Pasó a ser más importante lo que el hombre era interiormente. Se iniciaron los descubrimientos y las guerras por la Independencia.
Neptuno provocó el desarrollo de nuevas teorías espirituales. Las facultades psíquicas utilizadas en Oriente comienzan a influenciar al pensamiento occidental. Aparecen en relación con este tema los escritos de Helena P. Blavatsky. Son adoptados por Rudolf Steiner (fundador de la Antroposofía, educación Waldorf, la agricultura biodinámica y la medicina antroposófica) y Max Heindel (fundador de la Fraternidad Rosacruz) entre otros. Hasta el 1900 resurgen las escuelas espirituales. Neptuno permitió acceder a la libertad de creencias, posibilitándole a la humanidad abordar el conocimiento sin tener un intermediario para conectarse con los Maestros de Sabiduría o la Divinidad. Vivekananda, maestro Hindú, cumpliendo el objetivo del Raja Yoga (Ciencia soberana del Alma o de la Unión), introduce en Occidente la filosofía ya delineada en los Aforismos de Patanjali.
Neptuno disuelve e ilumina, es ambiguo y así debe ser para que se pueda ingresar a su mundo, ampliando la conciencia y creciendo. El objetivo del diluyente es posteriormente unir en un solo estado. En la casa y signo donde está Neptuno se expresa la espiritualidad.
Plutón al liberar al yo inferior de sus limitaciones, permite que aparezcan personas referentes e idealistas. En algunos casos no han podido llegar a la realización total pero actuaron y trascendieron como emblemas y modelos. Mohandas Gandhi (líder Hindú) predicó la no violencia; Nelson Mandela fue activista contra el apartheid (político y filántropo que ejerció la presidencia de Sudáfrica en el período de 1994 a 1999) y Martin Luther King (pastor estadounidense de la Iglesia Bautista) desarrolló una labor crucial en los Estados Unidos al frente del Movimiento por los derechos civiles para los afroamericanos.
Finalmente, se comienza a comprender que la energía de:
Urano es sabiduría y conocimiento, estimula la necesidad de expresar la creatividad.
Neptuno es espíritu, y fe, permite la disolución, para llegar al objetivo final: la unión.
Plutón posibilita conocer la forma mental que nos limita y por medio de su destrucción trae transformación y una nueva vida.
Por lo tanto con:
Urano permite la creación de grupos intelectuales con ideas, teorías, explicaciones y disertaciones.
Neptuno propicia que los grupos de devotos se unan, pidan, oren y canten por medio de la fe.
Plutón permite practicar el control de la respiración, de la mente, y el autocontrol, con voluntad. Y comprender que no hace falta mantener nada porque todo Es, Fue y Será.
Los tres confirman que son los planetas del cambio:
Urano en las ideas que podemos manifestar. Permite el desarrollo evolutivo y mejorar las condiciones. Lleva a cabo la transformación de la percepción intelectual en conocimiento intuitivo.
Neptuno es la conciencia mística o esa sensibilidad innata que nos lleva a comprender la compasión y el amor. Es decir que nos conduce infaliblemente a una visión más elevada, al reconocimiento de la interrelación involucrada en la dualidad esencial del hombre. Con su descubrimiento aparece la Teosofía y se difunde la cultura y filosofía hinduista.
Putón por permitir reflejar nuestro inconsciente en lo externo, por medio de situaciones transmitidas a través del cine, el teatro, el arte o en cualquier circunstancia cotidiana. Al identificarnos con alguna de ellas, podremos aclarar y considerar racionalmente nuestro mundo interno.
Y que también representan:
Urano el conocimiento. Es el planeta a través del cual fluye la energía zodiacal.
Neptuno al alma. Es el elemento que disuelve los moldes de la personalidad para lograr la conexión y unión.
Plutón a la energía como voluntad. Es donde se realiza la reestructuración.
Saturno indicaría cómo y dónde hacerlo, para aprovechar la oportunidad y poder llegar a concretar la propuesta del Sol Natal.